Puede ser que me sentí así porque, ponele, estaba de vacaciones o porque no sé, sólo me sentí así.


Hasta que conocí a la dueña que por casualidad habia vivido en Brasil por bastante tiempo. Me dijo que se mudo por un novio que tenía y que la verdad, no le fue bien (pasa con todas ajaj). Me hizo para la merienda un sandwich de miga, bien rico.


La imagen que me pasó era que hacía cada cosa con mucha dedicación, con mucho amor, onda como hizo ese rico jugo de frutila abajo.


Y acá una rica torta con mucho dulce de leche porque estaba de vacaciones.


Pero la sorpresa de la tarde quedó con ese cappuccino. Fue tan bien hecho que ni siquiera el mejor café de Palermo lo haría igual, creo. Es más, era tanta ternura que incluso me pusieron ese adorno dorado abajo como soporte ajaj, re lindo.


Alonso era lo que necesitaba, para el momento correcto, con personas correctas, todo perfecto.